Jun Matsumoto

Érase una vez, un joven hermoso de rasgos delicados y mirada penetrante cuya perfecta dentadura era la envidia de todo el reino. El joven había vivido feliz los primeros años de su vida como cualquier niño normal. Pero entonces, una oscura tarde de otoño, cuando acababa de entrar en la edad del pavo, su vida dio un vuelco. En ese entonces, nuestro protagonista era un cándido chico deslumbrado por los ídolos ikemeniles del momento. Así, a la tierna edad de 13 años, decidió unirse a la corte del rey Johnny. Al principio estaba muy ilusionado y contento, pues para nada se podía imaginar que esa preciosa dentadura que le daba el nombre, sería la causa de sus desgracias.

Así, la historia de Blancodientes empezó.




Qué cándido y dulce xD

Conforme pasaban los años, la dentadura de Blancodientes se volvía cada vez más y más blanca, y más y más reluciente, llegando al punto que con una simple sonrisa podía abastecer de luz a todo el reino durante meses. Todo era felicidad y armonía en el reino johnnyl... hasta que un día, al padrastro padrino del joven, un poco preocupado porque su dentadura empezaba a soltarse, se le ocurrió hacer una consulta. Así pues, llamó a su JinEspejo Mágico y después de estar tres horas cepillándose a consciencia, haciendo gárgaras y pasándose el hilo dental, le preguntó: "Querido Jin espejo, ¿quién tiene la dentadura más bonita del reino?" Al pobre Jin espejo le costó darle una respuesta, y estuvo media hora dando rodeos y alabando su preciosa y abundante cabellera hasta que, harto, el Rey le amenazó con sustituirle por un mueble. Así, el pobre no tuvo más remediro que darle la tan temida respuesta: "La dentadura más bonita del reino la tiene Blancodientes" ¡"No puede ser"! Gritó la bruja el rey con indignación, "¡yo la tengo más brillante y reluciente!, ¡que le coooooooorten la cabez-" no, un momento, esto es de otro cuento... "¡¡que le arranquen el corazón y se lo den de comida a las vacas!!" sí, ahora sí.

Con esto, nuestro dulce Blancodientes acababa de convertirse, sin comerlo ni beberlo, en el blanco de las iras del rey Johnny. Así, mientras el joven cantaba con su voz angelical en el patio del castillo, el rey urdía a sus espaldas una gran conspiración. No quería verse involucrado en la eliminación del chico, pues era muy querido por los plebeyos, así que, para lavarse las manos, contactó con la organización criminal más temida y oscura de todas:Los Hombres de Negro en rosa. 


"¡Quiero que le arranquéis el corazón y que se lo deis a las vacas, y después le pintáis los dientes de negro y le hacéis agujeros!" El malvado rey se había vuelto loco de furia, estaba dispuesto a todo! Así, un día, mientras Blancodientes brincaba por el campo cantándole a las pájaras, se le acercaron dos sospechosos y oscuros hombres... "¿Eres tú Blancodientes?" El joven asintió alegremente mientras mostraba su deslumbradora sonrisa y les ofrecía a sus interlocutores un traguito de Bloody Mery zumo de zanahoria. Estos negaron con la cabeza a duras penas, asombrados por su magnífica y perfecta boca, y se retiraron un momento a deliberar, mientras nuestro joven protagonista seguía cantándole a las pajaritas. Unos minutos después se acercaron de nuevo, y el más robusto de los dos, que se diferenciaba del otro en que sí parecía un hombre, habló:

"Mira chico, vamos a ser francos, que nosotros otra cosa no, pero sinceros lo somos un rato. Veníamos aquí a matarte a sangre fría y rápidamente, que queremos irnos de cañas, pero nos has caído bien. Además, hoy ha nacido mi hija Cazalla, y estoy muy feliz, así que va, te perdonamos la vida.... ¡¡¡PERO HUYE!!! Huye como un condenado cobarde lejos, muy lejos de aquí, pues si el malvado rey de este reino de babas se entera que sigues con vida, estaremos en problemas. Así que ea, viento fresco amigo"


Qué carita de pena... ¿alguien lo recoge? =P

Y dicho esto, aquellos misteriosos personajes desaparecieron entre una nube de humo. Blancodientes se quedó estático en su sitio... ¿que su padrino amado quería matarlo? ¿Por quéeee? Pero no se lo pensó más y apartando de un manotazo a una pícara pájara que se le había posado en el hombre, corrió tanto como sus torneadas y perfectas piernas le permitieron. Atravesó valles, campos, calles, ciudades, ríos, mares y océanos hasta que agotado por el esfuerzo, llegó a una casita perdida en medio de un bosque, a unos kilómetros de su casa y entró.

Lo que vio allí le impactó sobremanera a la par que le asustó. Toda la casa, desde el suelo hasta el techo, estaba empapelada con su -perfecta- cara. Había sonrisas deslumbrantes por todas partes, ¡¡cientos y cientos de ellas!! Estaba admirado, ¿cómo alguien podía vivir rodeado de él y no desmayarse con cada parpadeo? Era un misterio indescifrable para nuestro cándido protagonista, pero estaba demasiado cansado como para pensar en aquella extraña persona que tanto le adoraba. Así, recorrió la casita con cuidado de no pisarse demasiado hasta que llegó a una amplísima habitación con sietes camas tapadas con sendas mantas de su magnífico cuerpo. "Qué bueno que estoy", pensó inconscientemente al verse. Y es que nuestro Blancodientes era todo candidez e inocencia.

Se acercó a una de las camas para poder admirarse en toda su plenitud, pero cuando tocó la suave y blandita cama, no pudo aguantar más y cayó rendido abrazado a su cara -la almohada-.


Pasaron las horas hasta que, de pronto, el silencio de la noche fue interrumpido por unos cánticos sectarioscuriosos.

 *musiquita de Heigh-Hoo (ai ho xD)*

"Ay Juuun, ay Juuuun~~,


Ay Jun, ay Jun,
qué bueno Jun que estás,
quiero llegar a casa ya
y pooooo-poderte abrazaaar"

espero que la SGAE no me demande por esto~~ 


En ese momento, la puerta de la casita donde nuestro Blancodientes dormía se abrió de par en par y siete alegres jóvenes exactamente iguales entraron mientras seguían recitando su canción. Se quitaron parsimoniosamente los zapatos para no ensuciar nada y empezaron a hablar emocionadas sobre el perfecto cuerpo de su amado. De pronto, pero, callaron. "¡Hay alguien en casa! ¡Nos han pisado a Jun!" gritó la que parecía llevar la voz cantante. Estaban ya sacando conjeturas sobre Jins envidiosos cuando oyeron un melodioso ronquido proveniente de su habitación. "¡¡¡¡Está aquíii!!!! ¡Es el intruso!.... ¡¡¡MATÉMOSLE!!! ¿¡Cómo osa pisarnos a nuestro Dios!? ¡¡Hereje!!" y allá que fueron, garrotes y cazuelas en mano dispuestas a apalizar a aquel despreciable ser que se había atrevido a mancillar el inmaculado rostro de su dios.



  Perfecto *oo*
 Entraron a la habitación hechas unas furias y cuando ya estaban a punto de desfigurar a Blancodientes, que tan apaciblemente dormía dentro de la cama, una gritó: "¡¡¡PARAAAAAAAAAAAAAAAD!!!" las otras la miraron indignadas, pero no les dejó replicar: "Chicas, fijaos en la forma de este bulto bajo el que se encuentra el blasfemo... ¿ese contorno tan perfecto no os recuerda a alguien? ¿No os recuerda a...a.... ¡¡¡¡AAAAH!!!!" Pum. Desmayo. Las otras seis, haciendo caso omiso al estado de la otra, levantaron con prisas la manta y entonces lo vieron: la criatura más celestial del reino dormía con una enorme sonrisa deslumbrante que las cegó solo unos instantes (pues ya estaban acostumbradas).

Hubo un instante de silencio y entonces.... ¡¡¡¡¡¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!   Se abalanzaron sobre el pobre Blancodientes, que a punto estuvo de morir de un síncope al oír semejante chillido, y lo mataron.

Fin.




¡¡¡Qué nooooooooooo!!! xD Se abalanzaron sobre él, sí, pero sus reflejos, entrenados durante años esquivando los ataques pervertidos del rey, le permitieron escapar a tiempo. La visión que se encontró cuando se hubo repuesto del susto no le tranquilizó mucho, siete aparentes locas lo observaban con avidez y un alarmante charco empezaba a mojar el suelo empapelado. Pensó en huir lanzándose por la ventana, ¿pero y si se rompía alguno de sus preciosos dientes al caer? En ese dilema se encontraba cuando una de ellas, la que llevaba la voz cantante, pareció reaccionar y carraspeando un poco, se dirigió a él:

"Querido Dio- digo, querido Príncipe, ¿qué haces en un lugar cochambroso como éste? No digo que no queramos que estés, al contrario... pero tú, eminenci- digo, eminente ídolo, mereces un lugar mejor... aunque de todos aquí no te faltará de nada y estarás bien atendido, jujujuju"

"Jujujujujujujuju", las otras se unieron a la perversa risa mientras imaginaban las mil y una formas en que podían atenderle. Blancodientes las miró con recelo, pero se relajó. Al menos no parecían querer matarle, así que tampoco podía ser tan mala la situación.


"Pues no está tan mal, no..." xD

"Esto... bueno, veréis, mi padrino quiere matarme, así que estoy escondiéndome cual cobardica porque el cuento es así porque no quiero causar problemas. Así que, ya que me amáis y todo eso, no os importará que me quede, ¿verdad? ehhhhhhh... ¿cómo os llamáis?"

"¡Hachi!" gritaron las siete jóvenes al unísono mientras, esta vez sí, se le abalanzaban con todas sus fuerzas.

Pasaron los días y cada vez Blancodientes era más y más feliz! Las siete Hachis le colmaban de atenciones y se turnaban para hacerle las faenas que cada cual se tome esto como quiera xD   y así, entre mimos, babas, perversiones y risas, pasó un mes...

Hasta que un día, el rey Johnny volvió a consultar su jin-espejo, tuneado para la ocasión con un sombrero, y la respuesta de éste fue la misma: "La dentadura más bonita del reino la tiene Blancodientes". El aullido de rabia que lanzó el rey se oyó hasta en el bosque de las hachis, aunque no le dieron mayor importancia, pues seguro que era unazorrao enfermo.  Pero en el palacio el ambiente no estaba tan calmado: "¿¡Cómo es posibleeee!? ¡¡Lo mandé mataaaar!!" El jin-espejo le explicó entonces que Blancodientes no estaba muerto <-traidor, sino que seguía vivito y coleando y encima rodeado de siete preciosidades que se encargaban de mimarle y sobarle.

El rey, rojo de rabia por esta información, decidió que era el momento de tomar el toro por los cuernos <-así se sentía él, y más raudo que el viento, se plantó delante de la casita de las Hachis. Una vez allí, intentó diversas artimañas para atraer al ingenuo Blancodientes, pero las Hachis se encargaban de que los planes no funcionaran. Así, cuando el viejo esparcía por el lugar perfume femenino para atraer a la presa al chico, Hachi x7 sacaban las mofetas y mediante sus apestosos efluvios conseguían camuflar el olor. Otro día, Jafarhonny intentó llevárselo con la promesa de un tratamiento dental personalizado, pero llegaron Hachi x7 y le convencieron de que ya era perfecto así como era. La siguiente vez, cuando las Hachis estaban entretenidas babeando con sus respectivos pósters,amordazó a Blanconieves e intentó llevárselo, pero las chicas fueron mucho más veloces y, curtidas ya en el arte de los ikesecuestros, detuvieron la furgoneta a pedradas, cazueladas, cucharadas, perdigones y misiles yrecuperaron a su ikemen.

*oo*

Esta cruenta batalla duró más de una semana hasta que al final, el rey, viendo que sus maquiavélicos planes nunca funcionarían con esas siete guardaespaldas protegiendo y sobando al chico, desistió en su empeño y se exilió del país para no volver nunca, pues no podía soportar que el adorable Blanconieves no lo hubiese elegido a él fuera más deslumbrante que él.

Las siete Hachis gritaron, cantaron y bailaron de alegría, se abrazaron a su Dios, le sobaron, le besaron y se lo llevaron a la cama... y en ese momento de euforia y calentamiento, apareció ante ellas El Hado Madrino <-clicad en el link, os lo ruego xD y con su voz profunda y masculina les dijo: "Chicaaaaas, esto os va a encantar, o sea, FLI-PA-RÉIS, así en mayúuuuusculas!! ¿Por qué a que no sabéis qué? ¡¡Como habéis desterrado a la malvada Maléfica, os haré un regalito que os encantaráaaaaaaa!! Para que no tengáis que ir turnándoos a este chicarrón taaaan reguapísimo, os uniré a las siete Hachis en una sola, ¿qué os parece? ¿soy o no soy genial, babys? ^0^"

¡Hachi x7 estaban eufóricas! Tanto que se echaron encima del Hado Madrino y a punto estuvieron de quedarse sin hechizo... sea como sea, al final éste cumplió su promesa y con un abracadabra sintetizó en una todo lo que eran las siete... ¿Qué consecuencias tuvo eso?


ÉSTA: 





Blanconieves, al ver el resultado de esa magnífica unión, se enamoró perdidamente de Hachi y ambos marcharon juntos y felices al reino ikemenil, de donde ya nunca más quisieron marcharse (en especial Hachi xD).

Esta historia viene de http://aerenwings.blogspot.com



2 comentarios:

oki dijo...

yo kiero estar asi kon kame *¬*

Hana no Yuuki (Admin) dijo...

algun dia oki tu solo sigue soñando

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